Cuando vamos a la playa, el sol y las ganas de vivir un día al aire libre hacen que lógicamente nos podamos despreocupar. Pero hay que poner atención al calor y la humedad, las intoxicaciones alimentarias proliferan, las bacterias están muy presentes.
Si bajamos con nuestra nevera portátil a la playa o hacemos un picnic, no podemos olvidar seguir unos consejos higiénicos simples y básicos.
Hay platos, como la tortilla de patatas que no son lo más recomendable en un día de calor bajo el sol. Por ello, existen alternativas de alimentos saludables y frescos ideales para disfrutar en un día de canícula, y evitar las bacterias. Estos son algunos consejos que nos pueden ayudar:
1. Llenar la nevera portátil con cubitos de hielo, no es aconsejable
Una nevera de playa no es un frigorífico conectado a la corriente. Hay que tener en cuenta que tan solo refresca y mantiene la temperatura pero no refrigera. Debemos tener en cuenta el tiempo que la vamos a utilizar en el exterior.
No sirven las bolsas de cubitos de hielo que se venden en gasolineras. Debemos utilizar los bloques de hielo protegidos, que podemos guardar en el congelador de casa. De esta manera evitaremos que el hielo suelte agua, algo que facilita las bacterias para reproducirse. También es interesante poner los bloques de hielo cercanos a los alimentos que necesiten más frío para su conservación
2. El tipo de nevera portatil
Es importante tener una neverita de buena calidad, se recomienda lavarla muy bien con detergente y comprobar que esté bien seca antes de introducir alimentos. Igualmente, se aconseja guardar la comida en recipientes limpios y herméticamente cerrados, mejor los de cristal.
3. No controlar las temperaturas y cortar la cadena del frío
Las altas temperaturas del verano son un gran aliado para la reproducción de las bacterias. Por eso es imprescindible controlar al máximo la cadena de frio. Nunca pondremos un plato de comida preparada caliente directamente en la neverita porque subirá la temperatura del resto.
Lo ideal cuando cocinas, es enfriar a temperatura ambiente el plato dos horas, enfriarlo en el frigorífico y colocarlo en la nevera portátil.
4. Poner la comida al sol o a la sombra
Se recomienda no mezclar bebidas y comida para evitar ir abriéndola y cerrándola cada vez que queramos un poco de agua. Puede ser una buena solución llevar dos neveritas.
Otra de las situaciones frecuentes que puede generar problemas es el tiempo de exposición que esté la comida al sol, o incluso a la sombra. Siempre ha de ser el mínimo posible. Hemos de guardar la comida que necesite refrigeración en la nevera hasta el momento de sacarla. Servirla, comerla y volver a guardar las sobras enseguida.
5. Lavarse las manos
Hay que recordar que lavarse las manos es la regla número uno antes de empezar a manipular alimentos, sobre todo si estamos en contacto con la arena, los flotadores, las cremas de sol…
En la playa es complicado encontrar unos baños, pero podemos usar una botella de agua que tengamos a mano, tirarnos agua, frotarnos bien, y es suficiente. En su defecto, usaremos geles limpiadores hidroalcohólicos o toallitas húmedas.
6. Atención al uso de cuchillos y otros utensilios
Cuando manipulamos o cortamos con un cuchillo productos cárnicos, pescado crudo, lechuga o la piel de una fruta, hemos de tener cuidado. Nos hemos de lavar las manos y lavar también el cuchillo porque utilizarlo para cortar alguna otra cosa puede hacer que se transmitan microorganismos patógenos.
7. Atención a los huevos y a la leche
Aunque la tortilla de patatas es uno de los básicos de cualquier picnic, no vale la pena arriesgarse a llevársela fuera porque no sabemos cómo se va a comportar una tortilla poco cuajada o un huevo frito y nos puede dar muchos problemas. Lo mismo ocurre con la mayonesa.
Igualmente, los postres lácticos con nata y crema, que necesitan de una buena refrigeración, es mejor dejarlos para otro momento y conformarse con la fruta.
Aunque croquetas, empanadillas y pollo empanado son tres clásicos de la nevera del picnic veraniego, no hay que olvidar que platos ligeros como el gazpacho o el salmorejo nos pueden aliviar y nutrir con vitaminas refrescantes.
8. Pelar la fruta en el momento de comerla
Aunque resulte muy apetecible llevarnos unos trocitos de melón cortado en la neverita se aconseja mejor no hacerlo. Cuanto más cortada está la fruta más posibilidades hay de que se contamine. Es mejor llevar la fruta entera y cortarla en el momento de ir a comerla, nos resultará muy fresca y disminuimos el riesgo de contaminación”.
9. Ideal para comer en la playa
Para comer en la playa, entre arena, calor, niños y sombrillas, lo mejor es obviar las preparaciones complejas, copiosas y de digestión pesada. Los bocadillos sencillos son una solución práctica aunque si queremos hacerlo de embutidos estos deberán ser curados porque la temperatura les afecta en menor grado.
Atención al marisco, que, como la tortilla, es mejor comerlo en casa porque se degrada con mucha facilidad. Recomendable las latas de atún o de sardinas y las conservas vegetales, que son prácticas e higiénicas. También olvidarse del queso fresco.
Como preparar una ensalada playera:
Si pensamos en comida y playa, nada mejor que una ensalada. Hay que aliñarla con aceite y sal en el momento de servir porque si lo haces en casa cuando te la comas estará un poco deshidratada, más empalagosa y con las hojas mustias. Incluso el vinagre, que es un buen conservante, puede provocar ese efecto. Han de ser sencillas, refrescantes, fáciles de preparar y de transportar. Por ejemplo, hacer una con sémola de cuscús, tomates rallados, cebolla picada, pimiento verde, menta fresca y pansas de Corinto. Aliñarla con zumo de limón, de naranja, aceite y sal y dejarla reposar. Un Xató de verano con mezcla de lechugas, anchoas, una lata de atún, bacalao esqueixat y olivas negras de guarnición. Para el xató: avellanas, almendras, ajo, pebre, mostaza, vinagre, aceite por la batidora.
10. No Tomar demasiado alcohol
El agua es la bebida más saludable, refrescante y la que mejor apaga la sed. También podemos preparar zumos naturales (bien cerrados) o tirar de refrescos, claro.
Las bebidas alcohólicas están totalmente desaconsejadas porque, aunque parece que nos van a entrar muy bien, son vasodilatadoras y el propio calor ya nos dilata bastante los vasos sanguíneos como para ayudarlo más.
Tomar bebidas o comida comprada a los vendedores ambulantes ilegales de la playa es obvio que entraña muchos riesgos, y muchas bacterias.