El Govern de la Generalitat ante la previsión que este fin de semana prácticamente un millón de coches se desplacen desde Barcelona, y su área metropolitana de Barcelona, se muestra intranquilo.
El Conseller de Interior, Miquel Sàmper, en declaraciones a la emisora de radio RAC 1, ha avisado que la apertura en Semana Santa no está garantizada y que las medidas se podrían endurecer si los datos de la pandemia son negativos.
«Esperamos que no peligre la Semana Santa. La voluntad del Govern es dar aire, pero la resolución podría variar si los índice fueran negativos«
En este sentido, ha asegurado que el levantamiento del confinamiento comarcal es un examen que condicionará la decisión sobre las semanas que vienen. Sàmper a añadido, que hay que esperar 15 días las consecuencias de la flexibilización.
A partir de la semana que viene el Procicat empezará a valorar, si se prorrogan, se relajan o se endurecen las medidas.
El conseller de Interior pide corresponsabilidad y concienciación en la población. La clave es respetar la burbuja de convivencia y, si uno se desplaza, comportarse igual que si se hubiera quedado en el municipio.
Necesitamos concienciación y corresponsabilidad. Lo que haríamos en nuestra es lo que podremos hacer allá donde vayamos
Insiste que habrá 400 dispositivos de la policía vigilando en todo el territorio para que se cumplan las medidas, pero admite que no se podrán controlar todos los vehículos. Por eso insta todo el mundo a llevar el certificado de autorresponsabilidad y algún documento que acredite que se viaja con la burbuja, a pesar de que no es obligatorio hacerlo.
Toque de queda, todavía por largo
También ha comentado que el toque de queda a las 22 h todavía durará unos meses. Defiende que es la medida más eficaz y solo se plantea relajarlo una vez se haya conseguido cierto grado de inmunidad, a pesar de que por ahora cierra la puerta a levantarlo del todo a corto plazo.
Sàmper confía que el estado de alarma se pueda levantar el 9 de mayo si la vacunación avanza a buen ritmo.
