Un estudio científico internacional en el que ha participado el Hospital del Vall d’Hebron Barcelona ha identificado por primera vez factores genéticos que aumentan el riesgo de desarrollar insuficiencias respiratorias en pacientes con covid-19. El trabajo, incide en unas características que vienen determinadas no solo por la edad, la obesidad o patologías crónicas como la diabetes o la hipertensión aumentan el riesgo de infecciones graves, sino que la opción genética influye en el desarrollo de la enfermedad y permite dar una explicación de por qué unas personas son asintomáticas y otras desarrollan cuadros muy graves que pueden llevar al fallecimiento.
Este trabajo científico que relaciona la genética con el riesgo de desarrollar formas clínicas graves en la infección por el virus SARS-CoV-2, es el primero que se publica. El hallazgo puede ayudar a identificar grupos de riesgo que necesitan una protección especial.
Los investigadores han podido demostrar que variantes de dos regiones del genoma humano se asocian a un mayor riesgo de desarrollar un fallo respiratorio en pacientes con infección por SARS-CoV-2. Una de estas regiones se localiza en el cromosoma 3 y puede afectar la expresión de genes que favorecerían la entrada del virus.
La segunda región se encuentra en el cromosoma 9, en concreto en el gen que determina el grupo sanguíneo del sistema ABO. En este sentido, el estudio afirma que los datos demuestran que el grupo sanguíneo A se asocia a un 50% más de riesgo de necesitar soporte respiratorio en caso de infección por coronavirus. Por contra, el grupo sanguíneo 0 confiere un efecto profector ante el desarrollo de una insuficiencia respiratoria, con hasta un 35% menos de riesgo
Apuntan, además, que la variante genética identificada en el cromosoma 3 es «más habitual» en personas más jóvenes (59 años de media), cosa que podría explicar, «al menos en parte», la gravedad de ciertos casos en este grupo de edad
La variante genética del cromosoma 3 abarca una región de regulación de 6 genes que pueden tener una función relevante en la gravedad de la enfermedad. Aunque los investigadores estiman que aún es prematuro determinar cuál de estos genes puede influir en la evolución de la infección, es un hecho probado que el coronavirus se une a la proteína ACE2 y la estabiliza. Además, apunta, otro de estos genes está relacionado con la reacción inmunológica inflamatoria en los pulmones en respuesta a patógenos.