El alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que, según cifras de la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), afecta a 1.200.000 personas en España. Se trata de la causa más común de demencia.
Suele comenzar a partir de los 65 años con la aparición de una serie de síntomas que van evolucionando con el paso del tiempo.
Los más frecuentes son los fallos en la memoria reciente. Se puede empezar a sospechar que algo no va bien si la persona tiene problemas para recordar cosas del día a día, como qué fue lo último que comió, según explica Carla Abdelnour, neuróloga de la Fundació ACE y Coordinadora del Grupo de Estudio de Cognición y Conducta de la Sociedad Catalana de Neurología (SCN).
También son característicos los fallos en la orientación. “Se deben considerar cuando la persona nunca antes había tenido este problema y si se producen lugares conocidos”, explica Abdelnour.
La dificultad para encontrar palabras o la incapacidad de nombrar un objeto puede ser otro síntoma, si bien es algo que nos puede ocurrir a todos. Como dice la neuróloga, hay que tenerlo en cuenta si va a más.
Otros signos menos frecuentes son las alteraciones del ánimo, como la depresión y las dificultades para procesar la información visual. “A veces las personas se quejan de que no ven bien. Es algo muy inespecífico pero tenemos pruebas neuropsicológicas para comprobar si se trata de un síntoma relacionado con el alzheimer”, dice Carla Abdelnour.
Prevención
El ejercicio físico o actividades como leer pueden evitar su aparición
Es recomendable, por tanto, que cualquier persona a partir de los 65 años con alguna de estas características vaya al médico. Si aún no se ha llegado a esa edad, pero se presentan síntomas cognitivos que han empeorado con el tiempo, también se debe visitar al médico de cabecera para que nos derive a un neurólogo.
De momento no hay una cura para la enfermedad, pero Abdelnour aconseja una serie de medidas preventivas. Realizar ejercicio físico, tomar una dieta equilibrada, la actividad cognitiva y control de factores de riesgo cardio y cerebrovasculares, pueden evitar padecer alzheimer o retrasar su avance.
Información Editada y Publicada por La Vanguardia