El rapero de L’Hospitalet, Morad, estrella juvenil de la música urbana, se sienta este miércoles en el banquillo de los acusados. Será juzgado en la Audiencia de Barcelona acusado de un delito de incitación a desordenes públicos y un delito de atentado con uso de instrumento peligroso. Se enfrenta a siete años de cárcel, tres años y seis meses por cada uno de los dos delitos por los que está procesado.
En el año 2022, fue juzgado por un intento de robo en un domicilio. Fue absuelto. Además, fue arrestado por los delitos de conducción temeraria, conducir sin carnet y desobediencia a la autoridad. Los hechos que se juzgan este miércoles ocurrieron en L’Hospitalet de Llobregat, en el año 2021.
Según la acusación de la Fiscalía, todo ocurrió cuando un grupo de personas se encontraban en la calle grabando un video musical para Morad, causando mucho un ruido, y un gran revuelo.
Ante las quejas de los vecinos, agentes de policía acudieron al lugar. Los participantes en el vídeo recibieron a los agentes con una actitud agresiva.
El acusado, se dirigió a los agentes mostrando una conducta hostil y actuando como instigador del resto de la multitud congregada, según la Policía. Para el fiscal, Morad ordenó a los jóvenes congregados que lanzaran objetos a la policía.
Se le acusa de haber pagado dinero a jóvenes para que prendieran fuego a coches y contenedores, como atrezo de lo que luego son sus puestas en escena en los vídeos musicales.
Por esta causa penal, el juzgado de instrucción le prohibió acceder a la zona de los Bloques de la Florida, su barrio de origen y donde la Policía mantiene que el cantante busca «delimitar un espacio de impunidad».
Él acusa de racismo a la Policía y a las instituciones. En su cuenta de Instagram, calificó su exilio forzado como un «abuso».
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