La crisis en el Govern se ha llevado por delante a Jordi Puigneró (JxCat), vicepresidente del Govern. Lo anunció Pere Aragonès en una comparecencia en la galería gótica del Palau de la Generalitat: “He decidido cesar al señor Jordi Puigneró, vicepresidente del Govern y conseller de Polítiques Digitals i Territori. Es una decisión que me duele, pero es un paso necesario porque las instituciones de la Generalitat no pueden estar permanentemente en cuestión”. El president no ha perdonado que el hasta ahora segundo de a bordo del Govern no le informara del planteamiento de la cuestión de confianza.
El jefe del Govern espera que esta destitución sea la primera piedra para reconducir la relación entre ERC y Junts en el Govern y en el Parlament. Pero también puede empujar a Junts a tomar la decisión de dejar el Govern. Es un arma de doble filo. Junts envió a medianoche un comunicado en el que califica de “error histórico” la decisión , “vulnera el acuerdo de Govern” y “defrauda al mandato electoral”. JxCat reúne esta mañana su ejecutiva para “tomar las decisiones que correspondan”.
La crisis abierta en el Govern se lo ha llevado por delante. La salida de Palau de Turull y Borràs flanqueando a Puigneró minutos antes de la comparecencia del president fue toda una escenificación. También un preludio.
Relación insostenible
Todo para constatar que la relación de ERC y Junts en el Govern es insostenible, aunque Aragonès aseguró que «desea» mantener la coalición. Pero ninguno de los dos protagonistas que gestionan la administración autonómica quiere dar el paso de romper la coalición. Eso supondría asumir un coste personal, político y social.
Aragonès trata de pilotar un barco con múltiples fugas de agua y la dirección de Junts, en lugar de achicar, se emplea a fondo para que la nave no llegue a buen puerto. Caos político en la Generalitat, entre órdagos y ultimátums. Faroles y ceses, pero sin rupturas. Al menos, de momento. En el fondo de la enésima y -esta, sí- crisis está el control de la Generalitat.