Los casi 300 metros de altura de la montaña de San Ramón, están coronados por la ermita dedicada al santo que le da nombre y fecha de 1887. Dada su altura, el perfil de la ermita, que hace tanto especial la montaña, es visible desde todo el delta del Llobregat.
Como se puede apreciar en la imagen, tomada la semana pasada, la ermita se encuentra en la cima de la montaña, conocida como Montbaig, donde se habilitó un Centro de Interpretación del Paisaje, que abre los fines de semana.
Uno de los atractivos es que, desde su mirador a 289 metros de altura, se puede disfrutar de espléndidas vistas del Delta del Llobregat.
Antes, esta montaña era conocida como La Fita, ya que era la división de los tres municipios limítrofes Sant Boi de Llobregat, San Climent de Llobregat y Viladecans. El último fin de semana de agosto se organiza un encuentro de las tres poblaciones.
El estilo de la ermita es de inspiración neorrománica, fue construida por Josep Estruch i Comella en memoria de sus padres, Eulàlia Comella y Ramon Estruch i Ferrer, patronos de la capilla.
Consta de tres cuerpos, de los cuales sólo el central es propiamente la iglesia, cuyo interior quedó destruido en 1936 al inicio de la Guerra Civil.
La advocación de la ermita es la de Sant Ramon Nonat, el patrón de los recién nacidos, hasta el punto que aún es costumbre, por parte de algunos padres, de llevar exvotos subiendo a la ermita y poner una vela a Sant Ramon.
La montaña de Sant Ramon, situada cerca del litoral y del delta del Llobregat, es un lugar privilegiado para la observación de aves migratorias. La temporada que concentra mayor número de aves son los meses de septiembre y octubre, durante los cuales se pueden ver halcones, milanos, águilas o cigüeñas. La fauna sedentaria del Parque Forestal Montbaig está formada por mamíferos como la ardilla común, la gineta, el jabalí y el erizo, además de búhos, gamarusos y cernícalos.