Un exalumno de la escuela Tecla Sala de L’Hospitalet, ha denunciado ante los Mossos d’Esquadra, haber sufrido abusos sexuales, de un profesor que impartía clases en ese colegio, según ha publicado el EL PERIÓDICO.
«Se llamaba profesor Gómez, no era religioso, era seglar. Era joven, tenía la cara redonda y una mancha, como una peca, en la mejilla izquierda. Estoy seguro de que nos daba clases de dibujo y creo que también impartía alguna otra materia», así lo ha afirmado José Campos, exalumno de esta escuela, a el Periódico.
Según la víctima, abusó de él antes de que cumpliera los 10 años, en 1965. «Nos llamaba a su mesa para corregir los trabajos», «La mesa estaba sobre una tarima», señala. «Hacía que nos colocáramos junto a él mientras revisaba los deberes«. Con la mano derecha, sujetaba el bolígrafo y lo movía sobre el papel. Con la mano izquierda, hacía tocamientos en los genitales.
«En esa época vestíamos pantalones cortos y Gómez metía la mano izquierda por la pernera. Pero como no le cabía, rompía la costura del pantalón para poder llegar hasta los genitales. Y allí dentro mantenía su mano hasta que se cansaba», asegura Campos.
En aquella clase de un colegio religioso de los años 60 tal era la impunidad del abusador, que no requería esconderse, y que podía alargar sus tocamientos cuanto quisiera.
Denuncia ante los Mossos
Campos, tras conceder una entrevista a EL PERIÓDICO, ha acudido este jueves por la tarde a la comisaría de los Mossos d’Esquadra en L’Hospitalet de Llobregat para formalizar una denuncia contra el profesor Gómez.
Campos no se calló en aquel momento, tuvo la valentía de comentarlo a sus padres, «El professor em toca la cuca», soltó a sus progenitores mientras comían. La frase cayó a plomo sobre la familia. Su madre le pidió que acudiera a la iglesia más cercana a confesarse.
Y que se asegurara de preguntarle al cura si lo que había ocurrido en el aula era culpa suya o de su maestro. Así lo hizo. «El cura me respondió que debía pedirle a mi madre que viniera a verle a él esa tarde. Pero mi madre no quiso ir».
Lo que hicieron sus padres, fue presentar una queja formal en el colegio. La mujer se había hartado de coser la pernera del pantalón, convencida de que se rompía durante el recreo. Ahora sabía que la costura se rompía por culpa de una causa inconcebible: un maestro del colegio la reventaba con las dos manos para poder meter mano a su hijo durante el rato que gustase.
La dirección del centro, trasladó al profesor Gómez. «Nos dijeron que había regresado a su pueblo natal, que si no recuerdo mal era Málaga, o estaba cerca de Málaga». Después, sus padres contactaron con el centro de los jesuitas en Sarrià, el Sant Ignasi, a través de un cura cercano a la familia, e inscribieron a Campos en esa escuela, donde prosiguió con sus estudios. FUENTE DE LA INFORMACIÓN: EL PERIÓDICO
La Escuela Tecla Sala, fue fundada a mitad de la década de los cincuenta, y siempre ha sido un referente escolar en la ciudad. A inicios de los 90 dejó de pertenecer a los Misioneros del Sagrado Corazón.