El 5 de octubre de 2004 a las 8 de la mañana, un sujeto que disfrutaba de un permiso penitenciario, acudió a L’Hospitalet de Llobregat y se dirigió a la Rambla Marina de Bellvitge. Allí logró introducirse en la portería del inmueble de las dos víctimas, que eran agentes de la Policía Nacional en prácticas, y tomar el ascensor con una de ellas, amenazándola con una navaja y obligándola a dejarle entrar en su domicilio.
El individuo inmovilizó a las dos jóvenes, atándolas de tobillos, manos y cuello, cada una en una habitación distinta, y las amordazó para evitar que gritaran. Después, violó a una de ellas, antes de asestarle cuatro navajazos por la espalda, causándole la muerte. Posteriormente, se dirigió a la habitación donde se encontraba la otra agente y la apuñaló cinco veces. Tras matarla, la desnudó y la vejó.
Provocó un incendio tras matarlas
Antes de abandonar el domicilio de las víctimas, robó una tarjeta de crédito de una de ellas se cambió de ropa y prendió fuego a un sillón y un sofá situados en el salón del primer piso, a los colchones de tres habitaciones del piso superior y a un montón de ropa que había en una de ellas.
Una de las víctimas, la joven Silvia Nogaledo, era natural de Noceda del Bierzo, en la provincia de León. Cuando están a punto de cumplirse los 20 años desde aquel terrible día, la población de Noceda del Bierzo ha rendido un sentido homenaje esta semana a las dos jóvenes, con un acto vivido con profunda emoción y tristeza, según ha publicado el digital InfoBierzo
Fue en un acto muy emotivo, en el que era difícil contener las lágrimas, que sirvió para mantener viva la memoria y el recuerdo de las dos jóvenes aspirantes a agentes de policía, asesinadas con crueldad y vilmente.