La verbena de Sant Joan, es una noche festiva en toda Catalunya, en que la vida, si uno lo puede hacer, discurre en el exterior, disfrutando de la noche más larga del año.
Pero también ocurren otras cosas, en la vida siempre ocurren historias, buenas y malas. Explicamos una de buena, porque las malas, ya van fluyendo sin que nadie las tenga que empujar.
Una vecina de L’Hospitalet, del barrio de la Florida, de la avenida Miraflores más concretamente, entre calle Muses, y avinguda Ponent, y que estaba embarazada, notó una sensación, de que estaba a punto de dar a luz. Su marido la acompañó hasta el Hospital General de L’Hospitalet, que lo tiene cerca de su casa, allí una vez la visitaron, le dijeron que todavía no estaba a punto para tener al bebé.
Volvió a su domicilio, y notó nuevamente la misma sensación, que el bebé empujaba para salir, y se dirigió por segunda vez con su pareja al Hospital General de L’Hospitalet.
Una vez la volvieron a visitar en el hospital, le dijeron lo mismo que en la primera visita, que el bebé aun no estaba para nacer, y que volviera a su piso.
La sorpresa fue, que cuando llegó al portal de su domicilio, rompió aguas allí mismo. El bebé llamaba a la puerta para salir. En aquel momento una pareja de enfermeros, el Jesús y la Pili, que también son vecinos de L’Hospitalet, y que paseaban por la avenida Miraflores, con su hijo de cinco años, viendo la situación ayudaron rápidamente a que el bebé naciera, aportando su experiencia sanitaria, y dando tranquilidad y confianza a la madre.
Una familia que se encontraba cerca, en la misma acera, vio un coche patrulla de los Mossos que justo en aquel momento circulaba por allí, y los avisó. Los agentes bajaron enseguida, sacaron la manta térmica y apoyaron a la enfermera y el enfermero, que habían ayudado a la mujer a traer a su hija al mundo felizmente.
El parto fue todo bien, gracias a la intervención de esta pareja de enfermeros, y al apoyo de los Mossos. Una unidad del SEM, que se había trasladado hasta el lugar, llevó a la madre hasta el Hospital General de L’Hospitalet, pero esta vez ya no iba solo acompañada con el marido, si no con él y la niña.
Estos Mossos, que ayudaron a venir esta nueva vida al mundo, son los mismos que unas horas antes habían atendido un servicio de una índole totalmente diferente: en la estación de la RENFE de Bellvitge, un joven había cruzado las vías, y un tren lo había arrollado. ‘La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida’, como dice la canción ¡ay, Dios!… Convivir con la vida y la muerte en una misma noche.
Al día siguiente uno de los Mossos, y los dos enfermeros, el Jesús y la Pili, se acercaron hasta el Hospital General de L’Hospitalet, a visitar a la madre y a la niña, que se encontraban en un perfecto estado de salud.