La primera semana de junio empezará a circular por las calles de Esplugues de Llobregat un robot eléctrico que está pensado para la distribución de paquetes. Se pretende reducir los costes de entrega, los problemas de aparcamiento, las emisiones y la congestión de tráfico. El periodo de prueba se hará durante todo un mes en el mercado de Can Vidalet.
La iniciativa lo ha promovido el Institut Català de Tecnología y el vehículo lo ha fabricado y diseñado un equipo de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y CARNÉT, el hub de investigación sobre la movilidad del futuro.
El proyecto, en cambio, lo encargó el área Metropolitana de Barcelona (AMB) y la EIT Urban Mobility, un órgano que depende de la Comisión Europea. Todo ello, en coordinación con el Instituto de Robótica e Informática Industrial (IRI).
Conducción autónoma
El vehículo circula a un máximo de 20 km/h, hace 170 x 110 x 100 cm y lleva seis ruedas que le permiten subir y bajar escaleras de hasta 20 centímetros de altura.
Está pensando para operar en la última milla, es decir, lo que se conoce como el último tramo de la cadena de suministro entre el centro de distribución y el cliente final.
Según Albert Sanfeliu, que encabeza el IRI, «el robot puede navegar por sí mismo sin que nadie lo conduzca». Además, también «está equipado con unos sensores que detectan obstáculos y puede adaptar la trayectoria»
Tal como asegura la UPC, el vehículo autónomo, llamado ADD, por las siglas en inglés de Autonomous Delivery Device, comportaría una reasignación importante de los costes del transportista y haría el servicio más económico y eficiente que con vehículos convencionales.
El transporte urbano de mercancías representa el 20% del tráfico de las ciudades, el 30% de la ocupación de las calles y hasta el 40% de las emisiones.
Este tipo de vehículos pueden funcionar tanto por la noche como de día y muchas empresas los están introduciendo en el mercado con el objetivo de reducir los costes de operaciones.
Los servicios de entrega autónoma se están ensayando en entorno público. Estas iniciativas son minoritarias y la mayoría de pruebas piloto se hacen en entornos controlados
FUENTE: 324