El tomate llegó a Europa allá por el siglo XVI procedente de América. Lo trajo el conquistador Hernán Cortés de Tenochtitlán, hoy Ciudad de México, si bien los investigadores sitúan su origen en la cordillera de Los Andes, donde los incas lo cultivaban desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile. El producto se popularizó rápidamente, y se transformó en un producto imprescindible en la cocina de la península.
Este rojo fruto, que aporta sabor y frescura a nuestras mesas, es uno de los protagonistas de los menús veraniegos. Madurado con los intensos rayos solares, el tomate alcanza su máximo esplendor con el calor.
Pero a mediados de octubre aun estamos a tiempo de comer buenos tomates, como los que se recolectan en el Delta del Llobregat, por los payeses del Prat
El tomate está más de moda que nunca
Los últimos de la temporada son los mejores y se pueden disfrutar en menús elaborados sólo a partir de ellos… o incluso en cócteles.
El tomate se eleva a nuevas alturas con creaciones como el «Tomate confitado con anchoas y queso Idiazabal» o el «Carpaccio de tomate con tartar de cigalas y vinagreta de albahaca”, «Tomate con ajoblanco y sardinas ahumadas» o el «Tomate en texturas con foie gras y trufa negra», son algunas de las propuesta de la alta cocina. Aunque si lo comemos con aceite y sal, y un buen trozo de pan está buenísimo.
En Catalunya existen numerosas explotaciones que destacan por la calidad y el sabor de sus tomates. Un ejemplo es el que se recolecta en el Prat de Llobregat. Es un producto de proximidad, y con el sabor como los que comíamos antes. Del campo a la mesa. Estos días ya está finalizando la temporada y se están recolectando los últimos, que aun los podemos disfrutar.
Ensalada de tomate receta:
Ingredientes
- 2 tomates grandes o tres medianos
- 1 diente de ajo grande
- 2 cucharadas de orégano albahaca ú otra hierba de tu preferencia
- Aceite de oliva virgen extra
- Una pizca de sal
- Una pizca de pimienta negra recién molida
- Vinagre balsámico o de jerez opcional.
Elaboración paso a paso
- Para empezar, lavar bien los tomates. Yo me aseguro de eliminar cualquier residuo, remojándolos con agua y un chorro de vinagre (blanco) después de lavarlos.
- Picar los tomates en rueda delgadas y acomodarlos en un bol o plato grande. Hay quienes prefieren pelarlos antes de picar, pero para mi gusto la piel les deja más sabor, nutrientes y fibra.
- Pelar el ajo, y luego triturarlo o picarlo en cubo muy pequeños.
- Esparcir el ajo sobre las ruedas de tomate. Hay que cuidar que los trozos sean realmente pequeños para que el gusto quede uniforme y nadie termine con un bocado sorpresa de ajo tamaño irregular.
- Espolvorear la ensalada con sal y pimienta al gusto.
- Cubrir con un hilo de aceite de oliva, más o menos grueso según el gusto personal, y si se ha decidido utilizar vinagre balsámico, otro de hilo de este último. En caso de añadir más ingredientes a la receta básica de ensalada de tomates, se recomienda moderar la adición de vinagre, para evitar la competencia de sabores.