Después de la celebración del 50 aniversario en la edición anterior, que atrajo más de 70.000 personas a la emblemática granja lechera de principios del siglo XIX e hizo un recorrido histórico de la evolución de esta y de la ciudad, la Feria de este año conjuga la reivindicación de la tradición, una fotografía del Prat de hoy y la proyección al futuro de un icono local. Así, el Pabellón avícola, agrícola y ganadero trasladará las personas visitantes hacia los orígenes del municipio, con una colección etnográfica que permite conocer como vivían y trabajaban las primeras familias que poblaron el delta y que, este año, incorpora nuevos rincones temáticos. Allá mismo, se podrá conocer también como se cría el Pota Blava y comprar los productos de proximidad directamente de los productores y productoras.
El presente de la ciudad quedará reflejado de forma explícita en el estand municipal que, bajo el título ‘El Prat que som’, acoge una colorida exposición que resigue los valores que definen el Prat de hoy y que la ciudadanía palpa en su habitar cotidiano. Pero la ciudad actual son también su tejido económico y social, presentes al recinto ferial con un montón de espacios expositivos al Pabellón del Prat Economia y a la 22.ª Muestra de entidades y promotores de varias actividades. Entre estas, destaca el Paseo del Comercio, el consolidado Praticipa, que este año se centra en fomentar la cooperación, los derechos humanos y el voluntariado, y, por primera vez, el Esporticipa, una gincana deportiva para niños, jóvenes y familias.
El Prat de hoy tampoco se entiende sin sus productos y gastronomía y es por eso que esta feria se caracteriza para hacer bandera de los buenos alimentos del territorio. Los ‘platillos’ con Pota Blava y Carxofa Prat, el almuerzo de Pagès, el take away Pota Blava o la brasa solidaria que recauda dinero para una escuela en Tanzania son algunas de las posibilidades que se ofrecen para llenar el estómago en los 600 m² que ocupa el Espacio Gastronómico y que, por cuarto año, incorpora también la Feria de Vinos, que con la participación de bodega pratencs ayudarán a maridar como es debido las propuestas culinarias.
El Pota Blava, una ave singular con un futuro para proteger y proyectar
Coincidiendo con la Fira Avícola, 20 restaurantes ofrecerán por toda la ciudad propuestas especiales protagonizadas por el Pota Blava. Se suman así en la fiesta de homenaje a esta ave convertida, como ha señalado la autora de la imagen del cartel de esta edición de la feria, el artista visual Maite Travé, en un tótem local. El pollo de Raça Prat es una especie de aviram autóctono del delta del Llobregat que solo se cría en las granjas y gallineros de los criadores y criadoras de la ciudad y que cuenta con el sello europeo de Indicación Geográfica Protegida.
Justamente con la mirada puesta en la supervivencia de esta ave, la Firia Avícola de este año verá como sale del cascarón la Fundación Potablava. Se trata de un instrumento impulsado por el consistorio pero con vocación comunitaria que tiene que servir para tener cura entre el Ayuntamiento, las entidades locales y la ciudadanía del pollo Raça Prat ante el reto del envejecimiento de los criadores y criadoras.
Un cartel con las plumas de una ave totémica como protagonistas
La autora del cartel de la 51.ª edición de la Feria Avícola es Maite Travé, artista visual pratenca, profesora de la Escuela de Artes Visuales del Prat y artterapeuta, que ha participado en la elaboración de cartelería local, como la que ha servido para anunciar actas como el Encuentro de las Mujeres o campañas por el 8-M o el Día por la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres. Las plumas del Pota Blava, agrupadas en formas diferentes y de varios colores, son el hilo conductor de las tres versiones de la obra y sirven de emblema que alude al gallo y aportan al cartel una derramando mística y espiritual.
En este enlace Fira Avicola podeis acceder a todo el programa de actividades