El 17 de mayo se cerrará al tráfico de vehículos particulares en el paseo de la playa del Prat de Llobregat a partir de la última rotonda. Esta medida, que tendrá que cumplir el Ayuntamiento del Prat, responde a cuatro sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, confirmadas en firme por el Tribunal Supremo, a instancias de la Dirección General de Costas del Estado, que determinan que el antiguo vial se considere legalmente playa. Las sentencias prohíben, por tanto, la circulación y estacionamiento de vehículos privados y sólo permiten el tráfico rodado de servicios, en un proceso que empezó en el año 2016, ante una denuncia de la Dirección General de Costas del Estado.
Dos playas en una
Así, la playa de El Prat quedará estructurada en dos tramos. Por un lado, entre el Centro de Vela y la rotonda que daba acceso al paseo, será una playa con equipamientos y servicios, como los chiringuitos, con un uso más intensivo.
Más allá, hasta el Remolar, la playa será más natural e irá recuperando paulatinamente su aspecto más primigenio y menos artificial. Este cambio reforzará así uno de los principales atractivos de la playa de El Prat en el ámbito metropolitano, el hecho de ser una playa muy natural y nada urbana.
Pensando la playa del futuro
Ésta ha sido la respuesta del Ayuntamiento del Prat a las sentencias judiciales, que sumadas a la regresión que sufre la playa desde hace años, agravada por la emergencia climática, ponen la playa de El Prat en peligro. Ante estos desafíos, el Ayuntamiento impulsa un nuevo modelo de playa que garantice su permanencia y que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando.
En este sentido, este nuevo modelo de playa apuesta por adaptarse al nuevo contexto recuperando los valores naturales que convierten a nuestra playa en un espacio único y singular en el área metropolitana. El antiguo vial de coches se irá naturalizando en los próximos años para convertirse en un paseo más agradable para las personas y las bicicletas. Con medidas como éstas se avanza hacia una playa más natural, más aseada y más accesible en transporte público.
Esta transformación arranca este año con las siguientes medidas:
- Cierre del paseo al tráfico de vehículos privados . En cumplimiento de las sentencias judiciales, sólo podrán circular los autobuses, vehículos de servicios y los que accedan al CRAM (Centro de Recuperación de Animales Marinos). El control de acceso se realizará con personal especial al inicio del paseo (última rotonda) y después se automatizará. El antiguo vial se convertirá así en un paseo peatonal y bicicletas.
- Aparcamientos gratuitos para vehículos de El Prat. Se mantendrán los grandes aparcamientos en el inicio de la playa, con prioridad para residentes, que aparcarán gratis (en temporada de baño, de junio a agosto, los vehículos de fuera de El Prat pagarán por aparcar). En total habrá unas 850 plazas, un número superior, por ejemplo, al de las playas de Viladecans y Gavà.
- Cuatro autobuses por hora en temporada alta, y mayores . Se aumentarán las frecuencias de paso de los autobuses que van a la playa, al menos cuatro por hora, los fines de semana de junio, julio y agosto. El PR3 irá todos los días del 1 de junio al 31 de agosto. Además, el 18 de mayo empezará a funcionar la nueva línea PR5 – Playa Exprés, que sustituirá a la actual lanzadera y el Playa Exprés. Esta línea contará con vehículos de gran capacidad, de 18 metros de largo. Además, se está trabajando con el AMB para que un bus llegue a la playa todo el año. Los autobuses llegarán hasta el final del paseo, como en los últimos años.
- Reubicación de los chiringuitos . Para facilitar el acceso, se ubicarán en la zona más cercana a los aparcamientos del inicio, antes de la última rotonda de acceso al paseo.
Una solución para la falta de arena
Además, el Ayuntamiento de El Prat ha reclamado reiteradamente a los gobiernos del Estado que presenten propuestas para combatir de forma estructural la regresión de la playa, más allá de la aportación anual de arena. El Consistorio quiere medidas más sostenibles y duraderas. También exige a Aigües Ter Llobregat que haga la aportación a la que está obligada y que todavía no ha hecho. Esta presión del Ayuntamiento empieza a hacer efectos: el próximo año el puerto abocará arena con un grano más grueso para evitar que las corrientes marinas se lo lleven tan rápidamente como en los últimos años. Esta aportación de grano grueso se realizará cada cinco años.