El pintor y escultor catalán Eduard Arranz-Bravo ha muerto la madrugada de este viernes a los 82 años, según ha informado su fundación, situada en L’Hospitalet de Llobregat.
Arranz-Bravo, nacido en Barcelona en 1941, ganó en 1968 el premio de dibujo Ynglada-Guillot y en esa época se agrupó con Rafael Lozano, Gerard Sala y Robert Llimós, lo que se tradujo en un cambio de orientación en su obra, acercándose al pop-art.
El artista ha realizado una pintura protagonizada por figuras humanas y en sus trabajos explora el miedo, el aislamiento y la represión del hombre moderno y representa el cuerpo humano y su entorno en constante metamorfosis.
Tiene obra expuesta en centros como el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo, el Reina Sofía de Madrid y la Franklin Bowles Gallery de Nueva York, y desde 2007 L’Hospitalet acoge la Funadció Arranz-Bravo, cerca de donde se ubica su escultura ‘L’acollidora’.
Su vinculación con L’Hospitalet de Llobregat
El artista tiene una profunda conexión con L’Hospitalet. Es autor de dos destacados monumentos de la ciudad, ‘L’Acollidora’, situada en la Rambla de Just Oliveras, es un símbolo de L’Hospitalet, y sus ciudadanos, vinculando la ciudad, como núcleo de acogida de personas, y el Pont de la Llibertat, enclavado en la Rambla de la Marina, en el cruce con la avinguda del Carrilet, un homenaje a todos aquellos que lucharon contra la dictadura franquista.
En un espacio del complejo cultural de la Tecla Sala, inaugurado en el año 2009, también en L’Hospitalet de Llobregat, Arranz-Bravo, difundió su creación y al mismo tiempo promocionó a jóvenes artistas contemporáneos. La Fundación cuenta con una colección de trescientas cuarenta obras de arte de Arranz-Bravo.