El Auditori Barradas acogerá el miércoles 28 de febrero a las 18.30 horas la mesa redonda “Els quinquis i la representació de les perifèries urbanes al cinema català: denúncia, exotització o nostàlgia? y la proyección posterior de Perros callejeros, de José Antonio de la Loma (1977), rodada en parte en el barrio de Bellvitge. La iniciativa, de carácter gratuito, está enmarcada en la línea de recuperación del patrimonio cinematográfico, puesta en marcha por la Acadèmia del Cinema Català en 2016. Cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de L’Hospitalet y el Distrito Cultural.
En esta ocasión, la Academia reivindica el cine quinqui como representación icónica de las periferias urbanas durante la Transición y la década de los ochenta, memoria visual de un mundo borrado del relato actual de las ciudades, pero que forma parte de la historia de Barcelona, L’Hospitalet, Sant Adrià de Besòs, Badalona o Girona.
La mesa redonda contará con la participación de la crítica de cine Nuria Vidal; el cineasta hospitalense Juan Cruz ( Tapas , Pelotas ); el escritor Miqui Otero ( Rayos , Simón ) y la investigadora Alba Solà Garcia, autora de la tesis Campesinos, punks y charnegos. Luchas autónomas miedo la descolonización del pasado y del territorio en laso periferias urbanas de Barcelona (1970-1992). El debate abordará las lógicas de opresión que se perpetuaban en el género, sus estigmas y sus contradicciones.
Nacido en 1976 en los nuevos polígonos de los extrarradios, este cine de denuncia desafió su época hablando de drogas, sexo y delincuencia y costalero a la pantalla un conflicto social sin coartadas redentoras. En un contexto de diáspora rural, lucha vecinal y violencia estructural en los márgenes de las ciudades, el cine quinqui fue un género popular y breve que acabaría en 1985, después de una treintena de películas rodadas en la calle y con actores no profesionales, que a menudo confundían la ficción con su propia vida. Es el caso de personajes como El Torete o El Vaquilla, auténticos héroes populares con finales trágicos, tanto en la pantalla como en la realidad.
Cuatro décadas más tarde, la Acadèmia del Cinema Català analiza la representación cinematográfica del fenómeno, con una mirada específica a las localizaciones reales que sirvieron de escenario de estas películas, las reivindica y reflexiona en presente sobre como fue esta representación, qué efectos tuvo para estas ciudades, y cuáles son todavía los retos y deberes del cine catalán en relación con la estigmatización de determinados espacios y a la perpetuación de viejos estereotipos quinquis adaptados a otras comunidades.
Las localizaciones del cine quinqui, en un itinerario virtual
Un itinerario virtual inédito por los escenarios más emblemáticos de esta cinematografía en Barcelona y el área metropolitana, comisariado para la crítica cinematográfica Núria Vidal, reivindicará su memoria y las periferias urbanas como espacios de rodaje y de dinamización cultural.
Perros callejeros, de José Antonio de la Loma, fue rodada en el antiguo reformatorio de Wad-Ras, en el Poble Nou de Barcelona, y en los barrios de la Mina y de Bellvitge, así como en Gavà y Castelldefels. Perros callejeros II utilizó las localizaciones de la prisión Modelo, el parque de la Ciutadella o la discoteca Zafiro 3, y se filmó también en el barrio del Pomar de Badalona, L’ Hospitalet, Rubí y Zaragoza. Con Yo, El Vaquilla, José Antonio de la Loma iría a Torre Baró y el Campo de la Bota, Castelldefels, Gavà, Girona, Lloret de Mar, Perpiñán y Vilanova i la Geltrú.
Nuria Vidal amplía la selección con dos títulos que anticipan personajes quinquis: Últimas tardes cono Teresa, de Gonzalo Herralde, rodada en el barrio del Carmel y a en el Turó de la Rovira, entre otros lugares, y Fanny Pelopaja , de Vicente Aranda, en parte rodada en el barrio chino de Barcelona y en Vilafranca del Penedès. En el 2022, Daniel Monzón haría una relectura contemporánea del fenómeno en Las leyes de la frontera, adaptando la novela de Javier Cercas.