A inicios de los años treinta, todo empezó cuando Joaquim Massana Segura del barrio de Sants y Dolors Farré Andreu de Vila-Rodona, se conocieron y contrajeron matrimonio.
Ellos vivían en Sants y decidieron marchar hacia Masquefa con sus tres hijos (Mingo,Isidre y Rosita) y compran una bobilla para hacer totxanes (tochos).
Entonces deciden adquirir un terreno situado en la localidad de Cornellà de Llobregat y construyen un edificio con dos pisos. En los subterráneos del edificio con las totxanes de Masquefa hacen un horno moruno.
Pero Joaquim no tenía ni idea de hacer pan, así que deciden contratar un panadero y empieza la actividad de hacer pan.
Durante el periodo de la Guerra Civil, la panadería tuvo que cerrar, y no volvió a abrir hasta 1941.
Después de diferentes vicisitudes, pasando, el negocio de bisabuelos, a abuelos, y de estos a los padres y después a los hijos, nietos, y bisnietos, hoy en día la Magda i el Francesc continúan haciendo pan en Cornellà de Llobregat, y ya hace 88 que la familia sigue trabajando, en aquello que saben hacer y les gusta, elaborar un buen pan, en el Forn Massana.
Y lo deben hacer muy bien porqué por cuarta vez se han encontrado disputando la final del ‘Millor pa de pagès català’, que se ha disputado en Tàrrega.