La playa y la costa de Castelldefels, a lo largo de muchos siglos se encontró prácticamente deshabitada, al igual que la de Gavà, Viladecans, El Prat y L’Hospitalet, que eran las cinco poblaciones del Baix Llobregat que tenían salida al mar. Más allá de los pescadores que vivían de la pesca, el resto de ciudadanos vivían de espaldas al Mediterráneo principalmente por dos razones:
Primero, por un tema de seguridad, hasta el siglo XVIII, los sarracenos subían caboteando la costa desde el norte de África, y realizaban incursiones, secuestrando personas, que posteriormente utilizaban como esclavos.
Y el segundo motivo era por una cuestión de salubridad, en las zonas cercanas a la costa, se creaban unas lagunas, donde proliferaban los mosquitos, que transmitían enfermedades a los humanos, como el paludismo.
En Castelldefels, y el Prat tal como relataba el reconocido historiador pratense, Jaume Codina, se las conocía como los pueblos de las fiebres.
Fue a principios del SXX, cuando empezó la costumbre de ir a la playa a tomar baños de mar, más que baños de sol que no se ponen de moda hasta los años cincuenta, del SXX. Es el incipiente turismo.
Una costumbre que también empieza a principios del SXX, es la de practicar deporte. En las playas y las piscinas, se instalaban trampolines muy rudimentarios, donde los más jóvenes, realizaban saltos acrobáticos. Estos trampolines han ido despareciendo, tanto en piscinas como en las playas, porqué muchas veces provocaban lesiones importantes. Se han reservado solo para los saltos profesionales.
En Castelldefels a mediados de los años 20 del SXX se construyeron las primeras
instalaciones dedicadas a los baños, poco antes de 1928. Y aquel mismo año se parceló la zona de playa y se constituyó la Sociedad Anónima Baños de Castelldefels que obtuvo permiso del ministerio de
Fomento para construir un lujoso balneario, con tres restaurantes: el Popular, el Miramar y el Gran Restaurante (que después de la guerra se transformaría en el Florida Park).
Este complejo lúdico y deportivo, centrado en los baños de mar, entró a pleno rendimiento durante los años treinta. Paralelamente, se establecía un servicio regular de autobuses entre la estación de tren y las playas.
En este establecimiento de baños había jardines y terrazas donde tomar el sol, casetas para baño, bungalows, etc.
Un pequeño vapor-golondrina llevaba los turistas a hacer un tumbo por las costas de Garraf, y una espectacular passera sobre el mar se adentraba hacia un vivero y permitía
largos paseos bajo el sol.
FUENTE INFORMACIÓN: L’ESTIUEIG A BEGUES, GAVÀ I CASTELLDEFELS, 1881-1936. DE LES COLÒNIES A LA MASSIFICACIÓ-JOSEP CAPMANY I GUILLOT-CENTRE D’ESTUDIS DEL BAIX LlOBREGAT
Algunas de las imágenes publicadas son de mediados de los años 30 del siglo XX, antes de la Guerra Civil. Las ha difundido Joana Francés, en ‘Barcelona Ara i Abans’