En la cima del Turó de la Rovira durante la Guerra Civil española se instaló una batería antiaérea. El objetivo era proteger la ciudad de Barcelona de la aviación fascista italiana que utilizó una táctica sanguinaria llamada «bombardeo en alfombra» (posteriormente esta táctica se generalizó durante la Segunda Guerra Mundial). En parte entrenaron la técnica para utilizarla en el resto de Europa, en el conflicto posterior.
El bombardeo en alfombra provocó alrededor de 800 muertos, más de un millar de heridos y la destrucción total de unos 50 edificios. La ciudad contaba como única defensa una amplia red de refugios subterráneos y este sistema de baterías antiaéreas instalado por el Gobierno de la República.
Inicialmente estaba diseñada para alojar dos cañones, pero finalmente se dispuso en 1938 de 4 cañones Vickers de 105mm.
Los jóvenes estaban llamados a filas obligatoriamente, llegando a reclutar a los de 17 años en el año 1938, para intervenir en la Batalla de l’Ebre, la llamada «quinta del biberón».
Entre el 25 y el 26 de enero de 1939, en el momento de la retirada, el ejército republicano inutilizó las piezas de artillería, pero no las retiró. Terminada la Guerra Civil todo el espacio quedó en desuso dejando los restos de las construcciones de la batería abandonadas.
En este mismo emplazamiento, a mediados de los años 40 se estableció un barrio de barracas conocido como «Los Cañones». Se aprovecharon las construcciones de la batería antiaérea como los puestos de mando, las salas de oficiales o el dormitorio de la batería para levantar las primeras barracas.
Año 2023
Los vecinos del Turó de la Rovira vuelven a la carga por el incivismo en el mirador más famoso de Barcelona. Pese a las medidas aplicadas en los últimos años, el descanso nocturno sigue sin estar garantizado porque los búnkeres del Carmel todavía son escenario de fiestas y botellones a menudo. Por ello, y aprovechando la mayor sensibilidad política en víspera electoral, reactivan la movilización con 7 reivindicaciones, entre ellas desalojar cada noche el mirador tal como se hace en otros puntos de la ciudad, por ejemplo las plazas del barrio de Gràcia: EL PERIÓDICO
Unos 400 vecinos del barrio del Carmel de Barcelona, han vuelto a manifestarse este viernes en las inmediaciones del mirador del Turó de la Rovira para denunciar la masificación turística de la zona que provoca fiestas nocturnas y colapso del transporte público por el día. La Guardia Urbana ha contabilizado el doble de manifestantes que hace un mes, cuando el Consell Veïnal del Turó de la Rovira convocó la primera concentración con 150 asistentes. EL PAIS
Fiestas, música hasta altas horas de la madrugada, peleas, y un bullicio constante durante todo el día que se agrava al anochecer. Es lo que denuncian los vecinos del barrio del Carmel que están hartos de que cada fin de semana ese punto se convierta en un foco de problemas. Una peregrinación de jóvenes, de entre 20 y 30 años, abarrotan el espacio cargados de botellas, altavoces e incluso mesas de mezclas para organizar fiestas ilegales. ANTENA 3