Con la apertura este viernes de este nuevo tramo, la B-40 completa finalmente, la conexión de 13 kilómetros entre Abrera y Terrassa. Es decir, entre el Baix Llobregat y el Vallès Occidental.
Los tramos Abrera-Olesa (2 km), en el extremo del Baix Llobregat, y Viladecavalls-Terrassa (5 km), en el otro, están en funcionamiento desde 2010. Pero el tramo central, Olesa-Viladecavalls (6 km), sus obras quedaron paradas por diversas circunstancias, a lo largo de los últimos años.
La crisis económica en el 2011, provocó la primera interrupción. Las máquinas no regresaron hasta el 2015 .
Luego vinieron incidencias como un corrimiento de tierras, y las obras siguieron acumulando retrasos y sobrecostes, y las previsiones hechas añicos.
La perforación de los túneles de Olesa, de 1.200 metros de largo, ha sido la parte más compleja de esta infraestructura.
El tramo Abrera-Terrassa forma parte del proyecto de Quart Cinturó, proyectado en los años 60 para unir el Penedès, Baix Llobregat, el Vallès y el Maresme. Pero su futuro no está nada claro a partir de la ciudad de Terrassa.
Retrasos, incumplimientos y sobrecostes, en materia de infraestructuras, el tramo de la B-40 entre Olesa y Viladecavalls tendría un lugar destacado. El 22 de marzo de 2007 la obra se adjudicaba por 129 millones de euros, pero ha acabado costando 250.
La Generalitat y el ministerio de Transportes mantienen una discrepancia de fondo sobre cómo debe ser ese tramo hasta Sabadell, empezando por la terminología, y el recorrido.