Casi un mes y medio de tormentas y chubascos, en mayo y junio, en todo el territorio catalán, han conseguido que el caudal de los ríos crezca.
Gran parte de las lluvias se ha concentrado en les cabeceras de los cursos fluviales del Ter y el Llobregat, que son los suministradores de agua a toda la conurbación de Barcelona. Los embalses han ido aumentando los recursos hídricos almacenados, aunque no de manera suficiente como paliar todos los meses de sequía acumulados.
El pantano de Sau que es un ejemplo visual en los medios de comunicación, cuando hablamos de sequía, al tener la capilla románica, y les singleres de Tavertet, bajó hasta el 6% en agua acumulada a finales de abril, y ahora se encuentra en el camino de llegar al 30% en los próximos días.
La regada en todas las comarcas ha sido general, aunque no suficiente, esperemos que siga cayendo agua del cielo.
El Riu Llobregat que nace en la vertiente sur del Pirineo, no es una excepción y estos días, después de las últimas lluvias también ha crecido.
Aflora en Castellar de n’Hug, en la comarca del Berguedà, y recorre este territorio, el Bagés, y sigue hasta llegar a su desembocadura en el Mediterráneo, por la margen derecha el Prat de Llobregat, y por la izquierda la desaparecida playa de L’Hospitalet de Llobregat.
En las imágenes tomadas a la altura de el Prat, L’Hospitalet y Cornellà, el Llobregat baja alegre y con mucha fuerza.