A partir del próximo lunes, por primera vez en Barcelona un autobús circulará sin conductor. Lo hará, en concreto, por las calles del puerto, haciendo un recorrido de casi dos kilómetros entre el aparcamiento del muelle de Sant Bertran y el World Trade Center. Compartirá la calzada con el resto de vehículos que circulen –camiones, turismos y bicicletas– haciendo un trayecto en que hay cuatro semáforos, dos rotondas y dos intersecciones sin prioridad.
La primera prueba piloto de este autobús autónomo forma parte del proyecto Ride-tono-*Autonomy (R2A), de la Unión Europea. Son diez iniciativas llevadas a cabo en diferentes ciudades europeas que quieren «demostrar que es posible la integración de las lanzadoras autónomas en el sistema de transporte de las ciudades.
La de Barcelona es este autobús eléctrico autónomo, operado por la empresa Pendel Mobility –filial de la consultora barcelonesa Bax & Company–, especializada en innovación. El vehículo, pensado para trasladar un máximo de ocho personas, funciona con tecnología de la francesa EasyMile. Está previsto que el bus circule durante cuatro semanas, con un operador de seguridad que irá a bordo para asumir el control del vehículo si hubiera ningún problema. También para tratar con los usuarios, que de entrada serán exclusivamente trabajadores del puerto.
