El preso Iván C. M., interno del departamento de atención especializada de Quatre Camins se fugó ayer durante salida programada con un educador. El huido sufre una discapacidad intelectual y tiene un historial de entradas y salidas de cárceles por resistencia a la autoridad y robos con violencia e intimidación, según ha publicado La Vanguardia.
En el momento de la fuga, el preso vestía un chándal gris y zapatillas Adidas. Lleva varios tatuajes visibles, los números 666 en el cuello y un puño americano dibujado en uno de los brazos.
El presidiario ha agredido a un vigilante, que ha sufrido heridas y roturas en la nariz, huesos y mandíbula en el momento en el que sacaba al delincuente del calabozo.
Los Mossos le detuvieron la última vez en el 2017 acusado del robo con violencia a un anciano que falleció después. Acumula un total de tres condenas por las que debería cumplir 2 años y 20 meses. La última de ellas le obligaría a permanecer en prisión hasta principios del 2022, según informa el rotativo.
Su fotografía se distribuyó ayer en las patrullas advirtiendo de que podría responder violentamente.
El recluso sufre una discapacidad intelectual, y acumula un abultado historial de quebrantamientos de condena, resistencia a la autoridad y robos con violencia.
