Cuando pasaban pocos minutos de la medianoche del 6 de julio del año pasado, un menor de 17 años que se alojaba con su madre en el Hotel El Dorado de Cambrils tuvo “un comportamiento extraño y agresivo”. Empezó a decir: “Que no era bueno, que ella se pensaba que era bueno, pero que no era bueno… Tú me quieres matar, todos me estáis engañando”. Un trabajador del establecimiento que hacía funciones de vigilante de seguridad –sin estar habilitado para esta tarea– se dirigió a la habitación y el menor “le pegó de forma reiterada por todo el cuerpo y le arrancó los globos oculares”. Es la descripción que hace la Fiscalía de esta agresión tan violenta, calificada de intento de homicidio , por la cual se ha condenado el chico a ocho años de internamiento después de un acuerdo con las otras acusaciones y la defensa.
El vigilante sufrió un traumatismo craneoencefálico muy grave que le afectó el cerebro y que hizo que estuviera 79 días hospitalizado: 36 días a la UCI y 43 a planta. Le tuvieron que poner una sonda para alimentarse. Después de que el menor le arrancara los ojos, el hombre ha quedado ciego, en estado vegetativo persistente y con cicatrices en la cara que le causan un perjuicio estético “importantísimo”. En septiembre del año pasado fue derivado en un centro residencial de atenciones paliativas porque ahora es dependiente “para todas las actividades básicas de la vida diaria”.
El menor también golpeó el mobiliario de la habitación y causó varios desperfectos, valorados en más de 1.000 euros, y cuando los Mossos d’Esquadra llegaron, a raíz del aviso del hotel, intentaron detenerlo. Entonces el joven intentó coger el arma de fuego de un agente y dio un cabezazo a otro mosso, que sufrió contusiones en la nariz y en un brazo. La Fiscalía explica que han diagnosticado al chico un trastorno del neurodesarrollo, un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y un trastorno esquizofrénico. También presenta sintomatología de predominio negativo, tendencia a la introversión, fobia social, alteración de la regulación de los impulsos, tendencia al aislamiento social y predominio de sintomatología ansiosa depresiva.
Acusado de cuatro delitos
La Fiscalía pedía diez años de internamiento en un centro de régimen cerrado para el menor, a quien le faltaban cinco meses para hacer los 18 años, seguidos de cinco años de libertad vigilada con un tratamiento terapéutico. Lo acusa de los delitos de tentativa de homicidio por la agresión al vigilante, de daños por el destrozo en la habitación y de atentado contra la autoridad y lesiones leves por los golpes a los mossos. Al final, la Fiscalía ha pactado con la defensa y las acusaciones particulares –entre las cuales la que ejercía el sindicato Uspac, que representaba el mosso herido– reducir la condena en ocho años de internamiento. Uspac ha celebrado la medida para evitar que el joven quedara en libertad, porque estaba internado de manera provisional.