La Guardia Civil y el DAVA (Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera) de la Agencia Tributaria de Barcelona, en el marco de la operación Confinity-Interdit, intervinieron el pasado día 22 en el puerto de Barcelona 495 kilogramos de cocaína; dos días después de la interceptación de la droga fueron detenidas tres personas como presuntas autoras de un delito de tráfico de drogas, detenciones efectuadas tras llevarse a cabo, mediante autorización judicial, la entrega controlada de la mercancía.
La Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cataluña, con la colaboración del DAVA de Barcelona, venían llevando a cabo un exhaustivo análisis de las empresas importadoras de mercancía desde países sudamericanos a España a través del puerto de Barcelona, haciendo especial hincapié en el análisis de riesgos sobre las sociedades, empleando para ello una serie de indicadores policiales que permitieran enfocar las sospechas policiales a algunas de estas empresas.
En el marco del escenario anteriormente descrito, a finales del año 2019 ambas unidades seleccionaron una serie de sociedades con domicilio en
Cataluña, que operaban a través del puerto de Barcelona y cuya actividad era susceptible de ser empleada para la importación de sustancias estupefacientes, concretamente cocaína.
Durante los dos últimos dos meses se ha procedido a la apertura e inspección de numerosos contenedores en el puerto de Barcelona de forma conjunta entre Guardia Civil y Vigilancia Aduanera con el fin de verificar su contenido, ante la sospecha de intentos de introducción de grandes cantidades de cocaína en su interior.
El pasado día 22 de abril, en una de estas inspecciones, en la que participó el Servicio Cinológico de la Guardia Civil de Barcelona, con dos guías y sus respectivos canes detectores de drogas, se obtuvo un resultado positivo, hallándose en el interior de un contenedor 495 kilogramos de cocaína de gran pureza, distribuidos en 450 paquetes de 1,1 kilogramo cada uno.
La empresa destinataria de la mercancía, que se encuentra ubicada en Barcelona, había declarado la importación de «briquetas de madera», un combustible para estufas y chimeneas.
El contenedor venía de Paraguay, lugar de origen de la sustancia estupefaciente. Los 495 kilogramos de cocaína se encontraban ocultos en el interior del contenedor marítimo camuflados entre las briquetas de madera, evitando la detección tras ser escaneados y dificultando enormemente la labor de los canes detectores de narcóticos.
Tras la aprehensión de la droga, que dio lugar a la incoación de diligencias previas por parte del Juzgado de Instrucción nº 2 de El Prat de Llobregat (Barcelona), que conoce de la causa, los investigadores solicitaron una entrega vigilada del citado contenedor marítimo.
Posteriormente y tras dos días de intensa vigilancia, los agentes de la Guardia Civil junto a los de la Agencia Tributaria, controlaron la trazabilidad del contenedor con el fin de localizar y detener a sus destinatarios.
Esta entrega controlada tuvo lugar el día 24 de abril –ya sin la droga, retirada por los agentes- con destino a las personas que lo estaban esperando. La operación se consumó con éxito, llevándose a cabo en el
Parque Logístico de Zona Franca (Barcelona), donde se procedió a la detención de tres personas vinculadas a la organización criminal encargada de la importación de este cargamento. Los detenidos, a quienes se les imputa la presunta comisión de un delito de tráfico de dogas, fueron trasladados a dependencias de la VII Zona de la Guardia Civil en Cataluña para la instrucción de diligencias policiales y su ulterior puesta a disposición de la autoridad Judicial que entiende del caso