Según ha informado el canal 324, este domingo hace una semana del inicio de la campaña de vacunación contra el coronavirus. Josefa Pérez, de la residencia de gent gran Feixa Larga, en L’Hospitalet de Llobregat, fue la primera catalana que recibió la vacuna.
El objetivo de la campaña era vacunar 104.000 personas entre usuarios y personal de las residencias de gente mayor en las dos primeras semanas.
Una cifra que no se logrará con toda seguridad porque el ritmo de vacunación discurre mucho más despacio: en siete días solo se han puesto 7.774 vacunas en Cataluña, una cifra muy lejos de las 60.000 dosis que han llegado. Este domingo se han notificado 1.681 administraciones más respeto este sábado.
Cada semana tienen que llegar 60.000 vacunas. Y, a pesar de que Pfizer las envió un día más tarde del previsto, la primera entrega llegó con normalidad.
La Conselleria de salut de la Generalitat, atribuye este ritmo más lento del que se preveía a problemas logísticos.
Hay que sumar otro retraso. Todo el mundo tiene que dar el visto bueno para poder ser vacunado y, en el caso de la gente mayor a las residencias, a menudo hace falta el consentimiento de familiares, un hecho que hace los trámites más lentos.
Otra dificultad, que no depende tanto de factores externos, es el sistema escogido para administrar la vacuna. A pesar de que había centenares personas voluntarias, su disponibilidad no es absoluta. Además, el inicio de la vacunación ha coincidido con periodo de vacaciones, de forma que no todos los equipos están plenamente operativos.
Este viernes día 1, festivo y con el recuento provisional, solo se vacunaron dos personas.
A pesar de todas estas dificultades, la Conselleria de Salud confía a incrementar el ritmo de una campaña de vacunación bastante compleja y que requiere de muchos medios.
