La nube de gases y ceniza que escupe el volcán de La Palma se desplaza al resto de las islas Canarias y puede llegar a la península Ibérica con consecuencias que aún no están claras. El gas que más preocupa es el dióxido de azufre, pues puede formar ácido sulfúrico en contacto con el agua de las nubes y precipitarse en forma de lluvia ácida. Los meteorólogos se afanan ahora por entender el impacto de la meteorología de los próximos días y su interacción con las emisiones del volcán.
El dióxido de azufre puede llegar a la península Ibérica entre el jueves y el viernes, eso sí, con una concentración mucho menor que en las islas Canarias
A 1.500 metros de altitud, la tendencia es que estas emisiones alcancen El Hierro, La Gomera y Tenerife entre este jueves y mañana. Se espera que la nube de gases continúe su viaje hacia el Mediterráneo, pero el modelo no indica una llegada “significativa” de emisiones a la península Ibérica ni hoy ni mañana.
La lluvia ácida es la concentración de componentes ácidos en cualquier tipo de precipitación, como puede ser el dióxido de azufre, el gas presente en La Palma tras la erupción del volcán.
Durante una lluvia ácida, los ácidos sulfúrico y nítrico que se forman en la atmósfera caen al suelo mezclados con lluvia, nieve, niebla o granizo, un fenómeno que solo tiene consecuencias en la salud humana, así como en los ecosistemas, si se produce en grandes cantidades.
Lo que sí es más peligroso es la concentración de dióxido de azufre en la atmósfera a niveles elevados, ya que se forman partículas finas de sulfato que las personas pueden inhalar en sus pulmones.
Irritación e inflamación del sistema respiratorio, afecciones e insuficiencias pulmonares, alteración del metabolismo de las proteínas, dolor de cabeza o ansiedad son algunos de los problemas que puede causar la inhlación de estas partículas.
FUENTE DE LA INFORMACIÓN: EL PAIS-LA VANGUARDIA–RTVE