Una vez retirados de la circulación gran parte de los coches sin etiqueta ambiental, el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) se plantea dar un paso más allá para seguir reduciendo los niveles de contaminación en la zona de bajas emisiones de la capital catalana.
Los vehículos que pueden ser próximamente vetados son los que disponen de la etiqueta amarilla de la dirección general de Tráfico (DGT). Esto es, los diésel matriculados antes del 2006 y los de gasolina anteriores al 2000.
Por el momento se pone enero del 2022 como fecha orientativa, aunque desde la AMB, se apunta que es un tema que hay que hablar con los Ayuntamientos.
Esta restricción podría afectar a uno de cada tres vehículos que se mueven por la región metropolitana de Barcelona en la actualidad. Los coches con etiqueta amarilla representan entre el 32 y el 34% de la circulación en la ciudad.
La restricción a los vehículos con etiqueta amarilla llegará por fases. En un primer momento los residentes dentro de la zona de bajas emisiones estarán excluidos de la prohibición de circular de lunes a viernes de siete de la mañana a ocho de la noche.
La excepción incluye a los vecinos de Barcelona y l’Hospitalet, así como de algunas partes de Cornellà, Esplugues y Sant Adrià del Besòs.