La Unión Europea, dentro de sus directrices para reducir el impacto del uso del automóvil en el medio ambiente, obligará a España y el resto de paises de la comunidad a realizar unas pruebas de ruido a los vehículos que acudan a realizar las inspecciones técnicas reglamentarias. Estas pruebas de ruido servirán para detectar posibles alteraciones en el sistema de escape de los vehículos, reduciendo así las posibilidades de encontrar en la circulación un vehículo que supere los niveles fijados por la normativa bajo la que fue homologado inicialmente.
Esta propuesta será una realidad a partir de 2023, cuando todas las estaciones de ITV del estado estén preparadas para realizar pruebas de sonido a los vehículos, unas pruebas que sólo en la Comunidad Valenciana, durante unos cuantos años, realizó este tipo de mediciones de manera rutinaria.
La medida puede, sin embargo, plantear ciertas dudas: ¿qué va a ocurrir con los vehículos que circulan con otro escape que no es el original? ¿Se realizarán estas pruebas también a los coches híbridos e híbridos enchufables dotados con un motor térmico? ¿Es posible que un vehículo quede inmovilizado si supera los límites legales de ruido?
