Los 156 trenes que Renfe ha encargado a Alstom para renovar la flota de Cercanías en Catalunya y el resto de España, no serán iguales de principio a fin. Combinarán los vagones de uno y dos pisos para dar respuesta a las distintas necesidades de los viajeros. En los dos extremos habrá coches de una sola planta, con espacios habilitados para personas con movilidad reducida, bicicletas y patinetes, mientras que en el centro tendrán dos plantas para ofrecer así un 20% más de capacidad que los convoyes actuales.
Los nuevos trenes se fabricarán en Santa Perpètua de Mogoda
Aunque aún no se han empezado a fabricar en la planta de Santa Perpètua de Mogoda, su diseño ya está finalizado y es muy similar a los que se han empezado a entregar a los ferrocarriles de Luxemburgo, que fueron presentados ayer en el Salón Innotrans de Berlín, el principal encuentro del sector ferroviario a nivel mundial, algo así como el Mobile de los trenes, según avanzó La Vanguardia.
De esta manera, lo que hasta ahora habían sido recreaciones virtuales ya es una realidad para los responsables de Renfe. La apariencia exterior será prácticamente idéntica al tren de Luxemburgo, más allá de los cambios obligados por el distinto ancho de vía y la correspondiente rotulación. El acceso a pie de andén es uno de los principales avances. El interior en cambio, se adaptará a las necesidades de la operadora española, que ya trabaja codo con codo con el fabricante para definir los detalles interiores. Aspectos como el material utilizado para los asientos variará, aunque tanto en un caso como en el otro está pensado contra el vandalismo y busca ofrecer un mayor confort, sin ser tan duros como los actuales y “con menos ruido y vibración”, según destaca el director de producto de trenes de alta capacidad de Alstom, Benoit Gachet.
Un recorrido por el interior del tren trasladado hasta la feria, aún con olor a nuevo, permite comprobar como las pantallas de información suponen un salto adelante y el número de plazas ofrecidas son muchas más en los vagones de dos pisos. En los de uno solo, en cambio, impera un espacio muy diáfano, con asientos laterales abatibles, unos lavabos aún más grandes que los de los trenes Civia y amplios lugares indicados para bicicletas, fomentando así una intermodalidad muy habitual en Europa y cada vez más común en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona. FUENTE: LA VANGUARDIA