Vidal Vallhonrat es un establecimiento histórico, un negocio de más de cien años y que está abierto en la ciudad de L’Hospitalet desde el año 1955.
Está especializado en el cartonaje, el papel y sus derivados, y a lo largo de los años ha evolucionado su oferta adaptándola a las necesidades del mercado: adornos de navidad, disfraces, decoración, etc.
Ahora Mercè Olivé Vidal se jubila y la no continuidad de la empresa, la llevará al cierre a finales del mes de julio.
Una tienda con mucha historia
Vidal Vallhonrat comienza su historia a principios de siglo de la mano de Joaquín Mallofré que en la calle Gavà de la barriada barcelonesa de Sants inauguró una empresa de manufacturas de papel dedicada, especialmente, a la fabricación de bolsas de papel.
Pero fué su nuera, Sabina Vallhonrat, quien en 1920 heredó el negocio y acabó por dar nombre a una empresa, sinónimo de producto de excelente calidad, que le permitió seguir una trayectoria ascendente tanto en producción como en ventas.
En 1933 el negocio se traslada al número 141 de la calle Enric Prat de la Riba de L’Hospitalet de Llobregat, y un año más tarde el sobrino de la propietaria, Miquel Vidal Vallhonrat, se incorpora a la empresa familiar primero como ayudante y, pasada la Guerra Civil, ya como propietario.
Así, en 1955 Miquel Vidal Vallhonrat comienza a dirigir el negocio, que se traslada definitivamente a su ubicación actual: el número 14 de la plaza Mestre Clavé de L’Hospitalet de Llobregat.
Conocido con el apodo del “Guapo de Hospitalet”, por su planta, el “noi de cal Paperines” se hace popular recorriendo en bicicleta las tiendas del Baix Llobregat ofreciendo sus productos, en especial, las bolsas de papel hechas a mano. En el año 1967 el almacén se adapta a los nuevos tiempos para ofrecer la venta directa al público.
Miquel Vidal Vallhonrat se jubila el año 1981 y deja el negocio familiar en manos de su nieta Mercè Olivé Vidal, que cambia su enfoque y su imagen para convertir la tradicional tienda de embalaje en un lugar dedicado a artículos de fiestas, disfraces, bodas, bautizos y comuniones, papelería y productos para fiestas tradicionales (como la Navidad) y otras de nuevas (como Halloween).
La Mercè, junto con su marido Adolf Abella, continúan al frente del negocio, al que dedican todo su empuje e ilusión para mantener la larga trayectoria comercial de una empresa tan familiar. Y así hasta el próximo mes de julio, en el qual su jubilación cerrará las puertas a un negocio de más de 100 años de historia también de la ciudad.