La pandemia tuvo un gran impacto en la salud mental de los adolescentes de Catalunya. En los últimos meses, las condiciones de bienestar emocional han ido mejorando y, para la mayoría, ya todo es como antes de la covid. Pero hay un grupo de jóvenes que se ha quedado atrás, y que todavía manifiesta secuelas preocupantes, según un «macrosondeo» hecho a alumnos de entre 10 y 18 años, y que ha publicado el canal 324.
La más grave: un 8,8% de los alumnos dice que cada día o casi cada día siente que tiene ganas de morirse o de dormirse y no volverse a despertar más, y un 5,9% piensa con la misma frecuencia a hacerse daño o lesionarse de forma voluntaria.
La directora del Pacte Nacional de Salut Mental, Magda Casamitjana, lo interpreta así:
«Esto no quiere decir que tengan pensamientos suicidas con probabilidades de concretarse, porque los niños y niñas o los adolescentes en edad de formación no tienen el concepto de la muerte que tenemos los adultos, pero sí que es evidente que expresen desesperanza y falta de salidas, y tenemos que estar atentos.»
A finales del curso pasado, los departamentos de Salud y Educación enviaron a las escuelas e institutos un cuestionario de 27 preguntas para evaluar el bienestar emocional del alumnado, desde 5.º de primaria hasta bachillerato, en edades comprendidas entre los 10 y los 18 años. La respondieron 267.000 jóvenes de unos 2.000 centros y es el sondeo más grande que se ha hecho nunca en Cataluña sobre la salud mental de los adolescentes.
Cuatro de cada 10 alumnos dicen que la pandemia los provocó miedo, tristeza, ira o rabia.
La mayoría lo superaron a medida que fueron volviendo a la normalidad. Pero preocupa un grupo de adolescentes que se ha quedado encallado en estos sentimientos: todavía hoy un 13% del alumnado se siente triste o exprésa que tiene rabia, y un 7% mantiene el sentimiento de miedo.
Noticia editada por Joana Borrell i Mónica Valencia, alumnas de 3.º de ESO del Instituto 3 de Abril de Móra la Nova, publicada por el 324.