El Govern de Catalunya aprobará este martes la alerta por sequía en la cuenca Ter-Llobregat por las escasas reservas de agua que actualmente acumula, que se encuentran por debajo del 33% (estaban por encima del 60% hace un año, el doble que ahora).
Aunque las restricciones que se aplicarán no afectarán al agua de boca de uso doméstico (la que consumen los ciudadanos) sí que reducirá en un 25% el uso para el riego agrícola; en un 10% para usos ganaderos; en un 5% para usos industriales y en un 30% para los recreativos.
Dichas limitaciones, afectarán también a la limpieza de calles con agua potable, al riego de áreas verdes y al funcionamiento de fuentes ornamentales.
Las medidas de ahorro hídrico en los 550 municipios afectados por la restricción se comenzarán a aplicar a finales de esta semana. La alerta, anunciada este lunes por la consellera de Acció Climàtica de la Generalitat, Teresa Jordà, afectará a unas 26 comarcas catalanas, entre las que se encuentran la ciudad de Barcelona y su conurbación metropolitana, L’Hospitalet y el Baix Llobregat incluidos y a un total de 6,7 millones, el 70% de los 7,5 millones de ciudadanos catalanes.
Jordà ha lanzado un mensaje tranquilizador para los ciudadanos en sus declaraciones, confirmando que el agua de uso boca “está garantizada más de un año” y que no habrá cortes. Eso sí, ha pedido a los catalanes que ahorren toda el agua que puedan en su consumo diario particular.