Según ha publicado el digital CRÓNICA GLOBAL, unos vándalos que se manifestaron este fin de semana en Barcelona para pedir la liberación de Pablo Hasél destrozaron un coche patrulla de la Guardia Urbana de Barcelona, que acudía a un servicio, por un presunto abuso sexual, el sábado por la noche.
Según fuentes policiales, los manifestantes embistieron a un vehículo de la Guardia Urbana que se cruzó en su camino. El automóvil no era de orden público, aunque también se convirtió en blanco de los disturbios. Acabó con las lunas destrozadas y con piedras y botellas en su interior.
Los interlocutores consultados han precisado que el vehículo de la Urbana pertenecía a la UT 7, de la comisaría de distrito de Horta-Guinardó. El coche patrulla hacía las labores de «acompañamiento de una ambulancia al Hospital Clínic de Barcelona.
El vehículo sanitario llevaba a una chica en su interior que había denunciado un presunto caso de abuso sexual.
El coche de la Urbana escoltaba al transporte sanitario, aunque no le sirvió de nada. Los violentos destrozaron el vehículo ante la sorpresa y la ira de los agentes, que en ningún caso participaban en las labores de contención.
Los efectivos policiales se quejan de que las piedras y botellas que les arrojaron y que destrozaron la luna trasera del vehículo, «podrían haber abierto la cabeza a un compañero». Con todo, nadie terminó herido. Los funcionarios también tuvieron que hacer frente a múltiples golpes en el vehículo que provocaron daños en la carrocería. También destrozaron los retrovisores del coche patrulla.
