El Prat de Llobregat fue conocido, durante siglos, como “el pueblo de las fiebres”. Nombre genérico que comprendía enfermedades tales como el paludismo, la disentería, el tifus y las hepatitis. Producidas por los mosquitos que se desarrollaban en los charcos de agua y estanques donde esta agua quedaba sin circular. En la Marina de L’Hospitalet había el mismo problema por las aguas estancadas.
A finales del SXIX El Prat era un pueblo aislado, a merced de las guerrillas, Carlistas que aun deambulaban por la comarca. Se cruzaba el río hacia L’Hospitalet por un vado o en barca. En el año 1873 se construye el primer puente por iniciativa de Ferran Puig, una persona que formaba parte de la burguesía del Prat con una muy buena posición económica.
Este puente entraba al término municipal de L’Hospitalet, entre la actual Gran Vía y la Torre Gran, es decir, por la Marina, y siguiendo la Carretera del Prat pasaba por Can Pi hasta la Magòria en Barcelona.
Era un puente muy estrecho. Cómo se puede ver en las imágenes solo podía pasar un carro en un sentido o el otro, y era de peaje. Estaba situado entre el actual puente de la autovía construido en 1950 y la vía del tren.
La entrada al Prat era por la calle del Pont, actualmente Nicolás Maria Urgoiti, que quedó interrumpido por la fábrica de la “Papelera Española”.
A partir del año 1919 entró en decadencia, por la construcción de un nuevo puente el “Pont de les Voltes”.
Agradecemos el asesoramiento, que en su momento nos prestó, para la confección de la noticia de Joanot Pascual, historiador del Prat de Llobregat. Fonts del text: Jaume Codina i Centre d’Estudis Comarcals del Baix Llobregat
