El jurado popular ha declarado este jueves culpable de asesinato con alevosía a la mujer enjuiciada en la Audiencia de Barcelona, por matar a Kristen, a puñaladas en junio del 2020 en el exterior de la discoteca Capitolio de Cornellà de Llobregat.
Así lo han dicho este jueves durante la lectura del veredicto, en el que han declarado probado que dos puñaladas con arma blanca causaron la muerte de la joven de 18 años, Kristen, y que fue la principal acusada quien portaba el arma blanca y ejecutó «dicha acción con intención de acabar con la vida o siendo consciente de que podía hacerlo», con 8 votos a favor y 1 en contra.
También 8 de ellos han votado a favor de que la acusada hizo la acción de «forma sorpresiva» sin que la víctima pudiera oponer resistencia, ya que no podía prever un ataque con arma blanca.
La mujer admitió que había apuñalado dos veces la víctima, pero aseguró que fue en defensa propia y estando nerviosa por una agresión previa y afectada por el alcohol y las drogas, pero el tribunal popular no ha admitido estas circunstancias atenuantes. La otra acusada ha sido considerada culpable de lesiones por haber dado a la joven varios golpes.
La discoteca Capitolio, se encuentra en el polígono Famades de Cornellà, en la frontera con L’Hospitalet
La fiscalía mantuvo la petición inicial de 16 años de prisión por un asesinato con alevosía para la presunta autora y de 8 para la presunta cómplice, pero introdujo la alternativa de valorar los hechos como un homicidio y condenar a la primera a una pena de 13 años de prisión y a la segunda a una de 5.
Además, planteó un tercer escenario para la presunta cómplice en que se la condenaría por un delito leve de lesiones con una multa de 900 euros. Por su parte, la acusación particular mantuvo las penas que solicitaba inicialmente de hasta 20 años para la principal acusada y de 10 años de prisión para la cómplice.
La defensa de la autora material solicitaba que la condena sea por lesiones con resultado de muerte o por homicidio con un castigo de 5 años de prisión, con las atenuantes de reparación del daño (por haber pagado ya 67.000 euros) y para actuar en defensa propia y bajo los efectos de alcohol y drogas. La otra defensa pide la absolución, puesto que considera que su clienta no tuvo ninguna participación en los hechos que condujeron en la muerte de la víctima.
Durante el juicio, la mujer relató que después de beber y consumir drogas en una discoteca, hacia las 6 de la mañana y en el exterior del local, un hombre latinoamericano se dirigió a ella con «falta de respeto». Su marido se encaró, le pidió una navaja que llevaban al coche, pero ella se la guardó. Los dos hombres se empezaron a pelear y ella y su prima se acercaron.
«Vi como una chica se acercaba a mi marido y le clavaba un puntapié que lo hizo caer al suelo», explicó. Así, reconoció que «de forma instintiva» salió deprisa detrás de la joven hasta llegar a la valla en que ocurrió la agresión. «Le pregunté que quién era y que por qué motivo había golpeado mi hombre», argumentó. Además, indicó que la otra acusada la acompañó hasta la valla, pero marchó poco después.
«Luego que nos quedamos solas la chica y yo, ella me dio una bofetada, fue la primera al pegarme», ella le volvió la vez y después intercambiaron puntapiés. «Entonces saqué la navaja porque estaba asustada y porque pensé que ella también podía llevar una arma», comentó la acusada, que, «en un acto reflejo» le clavó el arma blanca dos veces.
La mujer ha relatado los hechos en una declaración entre lágrimas en que ha asegurado que está «muy arrepentida» de los hechos y que en ningún momento tuvo intención de provocar la muerte a la víctima. «Nunca le quise causar tanto daño, ella era más alta que yo, no sabía donde le había pinchado, creía que era en el culo», ha comentado.
«Me sabe muy mal, lo siento de todo corazón y ya no sé cómo decirlo, que yo no quería que pasara nada de todo esto», ha manifestado la mujer, que ha dicho que estos hechos le han «destrozado la vida» y que ya no es capaz de disfrutar: «Muchos días no sé ni dónde estoy», ha afirmado.
