El Bàsquet Centre Catòlic de L’Hospitalet, para Santi Calvis lo es todo. Con esa frase se puede resumir el sentimiento, el apego, y la dedicación que ha tenido, Calvis, con el club de la ciudad que lo vio nacer.
Desde muy joven, el Bàsquet Centre Catòlic de L’Hospitalet, se convirtió en el eje principal de su vida. Y también para hallar, y reforzar valores que han marcado su trayectoria personal.
Ha conocido, y vivido el club, como jugador, entrenador, y directivo. Lo ha hecho todo por el BC Centre Catòlic, una entidad centenaria, y que fue unos de los primeros clubs de Catalunya y España, donde se jugó el deporte de la canasta.
No ha sido fácil, que la entidad de la rambla de Just Oliveras, llegara hasta nuestros días, y no sucumbiera, ante un mundo cambiante, que va muy deprisa, y que tiene una inercia en llevarse por delante lo que viene de lejos.
Si el Bàsquet Centre Catòlic de L’Hospitalet, ha aguantado, ha sido en gran parte, al esfuerzo realizado por Santi Calvis, que ante todas las adversidades, ha sacado la fuerza necesaria para que el club histórico de la ciudad de L’Hospitalet, consiguiera sobrevivir.
El mes de junio de este año, Calvis, decidió darse un descanso, y dar un paso al lado, dejar el día a día de la entidad y que fueran otros socios, los que se pusieran delante, para seguir tirando del carro, como se dice.
A pesar de haber tomado esta decisión, seguro que en su cabeza, todos los días, sigue pensando en el amor por el club de su vida.
El viernes pasado, el Ajuntament de L’Hospitalet, en la celebración de la «Nit de l’Esport», le entregó una mención especial de reconocimiento por su trayectoria, que se la tiene bien merecida.

