Lo tiene asumido y más que decidido, en la conversación que mantuvimos con Nicolás desde el TOT L’HOSPITALET, ni dudó ni titubeó en ningún momento. Hombre de ideas claras, convencido y seguro de lo que hace, cree que a llegado el momento de ayudar a una parte de la población europea que más lo está necesitando; los Ucranianos que huyen del ataque inhumano de las tropas de Putin.
«Nos vamos el próximo martes con mi hijo, a ayudar en todo lo que podamos», apunta Nicolás. Viajarán en un vuelo directo de Barcelona a Cracovia, y desde allí se desplazarán en autobús hasta Rzeszów, una de las poblaciones polacas que está cerca de la frontera con Ucrania, y punto de llegada de muchos refugiados.
Cuando lleguen a su destino se van a poner a disposición de la Cruz Roja Internacional, para hacer todo lo que puedan, para aliviar, si es que se pueden aliviar, pero si hacer más soportable el viaje, a aquellos que se han tenido que marchar de sus casas de un día para otro. La vida les ha dado un vuelco, y un futuro incierto a estas personas.
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