Llega la Navidad y, con ella, los rituales de siempre: las lucecitas, el árbol, los villancicos, las reuniones familiares, las comidas de empresa, el amigo invisible, un sinfín de compromisos. Todo el mundo está contento, o al menos lo parece, excepto tú.
Puede que el año no te haya ido bien, o que simplemente estas fechas te pongan triste. No pasa nada, no eres un caso aislado.
Los psicólogos coinciden en que las celebraciones de navidad, y fin de año aumentan los niveles de estrés y ansiedad y, en algunas personas, provocan un profundo sentimiento de angustia.
«En esas fechas hay un aumento de casos de depresión subclínica, que es cuando alguien experimenta falta de ánimo, tristeza o ansiedad exacerbada», explican los psicólogos.
La presión por reunirse con amigos y familiares, sentirse contentos y divertirse contribuyen a ese malestar ocasional, afirman los expertos, pero hay otros factores. «Como se trata de una fiesta especialmente relacionada con la infancia y el calor del hogar, puede suscitar sentimientos de nostalgia y melancolía».
La solución no es, sin embargo, aislarse, sino todo lo contrario
Los psicólogos señalan la conveniencia de potenciar la red de apoyo social, amigos y familiares, y priorizar una comunicación personal y cara a cara. «En vez de enviar un mensaje de ‘felices fiestas’ por WhatsApp, queda para un café con alguien cercano».