En unas elecciones atípicas, con unas medidas sanitarias que funcionaron a la perfección, se deshizo la pugna de tres, otorgando al PSC la victoria en votos, aunque empatando en escaños con ERC.
El empate a 33 escaños entre socialistas y republicanos brinda a estos últimos la posibilidad de un govern independentista u otro de izquierdas. Ambas alianzas suman 74 diputados. Un Parlament más fragmentado, con la novedad de la presencia de la ultraderecha castellana.
EL PSC duplicó la representación, y ahora será ERC la que marque los ritmos, en el flanco independentista. Ya veremos, como los Canadell, Tremosa…etc, aceptarán que ERC les escriba el guion.
La participación retrocedió hasta el 53,55%, la más baja de toda la historia y la desmovilización se produjo más, en las zonas menos soberanistas.
De ese récord de abstención se benefició también la extrema derecha castellana, Vox. Catalunya ha dejado de ser una excepción y VOX, irrumpe en la Cámara con 11 diputados y más de 217.000 votos.
