El juez de guardia dejó ayer jueves en libertad bajo vigilancia a los cuatro menores que agredieron al chico de 17 años en el recinto de Can Batlló en el barrio de Sants de Barcelona el pasado domingo 3 de enero.
Las imágenes colgadas en las redes sociales levantaron una ola de indignación debido a la dureza de las secuencias.
Se trata de tres chicos y una chica que se han ido entregando voluntariamente en distintas comisarías de los Mossos d’Esquadra después de que el caso saltara a los medios de comunicación.
La Fiscalía de Menores los acusa por un delito de lesiones y por otro de robo con violencia e intimidación dado que también acabaron sustrayendo el teléfono móvil durante la paliza.
Según fuentes judiciales, se ha decretado asimismo medidas cautelares contras los cuatro adolescentes, todos son menores de edad, que consisten en que su libertad estará vigilada y que en ningún caso pueden comunicarse con la víctima o comunicarse con esta.
Según fuentes policiales consultadas por este diario, no fue un encuentro casual: víctima y agresores se conocían. La víctima había tenido un problema con la chica ahora investigada.
Esta, según cree la policía catalana, habría citado a la víctima en la parte trasera de un edificio de Can Batlló para vengarse. Allí acudieron no solo ella sino el resto de acusados –tres chicos–.
La chica captó la secuencia con el teléfono y los otros tres golpearon con saña: puñetazos y patadas, algunas en la cabeza que podrían haber provocado lesiones de gravedad, mientras la víctima no se defiende, solo suplica que no le peguen más.
Las diligencias también revisarán a fondo el papel desempeñado por el resto de menores que aparecen en el vídeo con el fin de valorar si su actitud, que no medió para detener la paliza, puede constituir también un delito.
