El Ayuntamiento de Sitges abrió un expediente sancionador la semana pasada a un chalet de la urbanización Vallpineda, en Sitges, donde se celebraba una fiesta ilegal de tres días en la que llegaron a reunirse unas 300 personas.
El fiestorro, se inició en la verbena de Sant Joan, se anunció a través de Whatsapp y se cobraba la entrada.
Según el consistorio, la Policía Local de Sitges recibió quejas vecinales por el ruido de la fiesta que se celebraba en la urbanización.
Cuando acudió la patrulla de la policía local, se encontró con un jolgorio de más de 300 personas que no respetaban las distancias de seguridad ni llevaban mascarillas, además de hacer ruido y provocar molestias a los vecinos.
La fiesta, programada para tres días seguidos, se anunciaba a través de grupos privados de Whatsapp y para acceder había que comprar la entrada a través de una plataforma online a un precio de 25 euros si era de manera anticipada y 50 al mismo lugar. Además, la celebración contaba con seguridad privada y lavabos portátiles, entre otros servicios.
La Policía Local levantó varias actas la noche de la verbena a la fiesta y tuvo conocimiento que se alargaría dos día mas. Durante la mañana del 24 de junio, la policía local puso en marcha un operativo especial para controlar los accesos en la casa y evitar la entrada de gente, para continuar con la celebración.
La rápida actuación y reacción de la policía local impidió que la fiesta se pudiera desarrollar los días 24 y 25, tal como estaba previsto.
Los servicios técnicos y jurídicos del Ayuntamiento de Sitges han abierto un expediente sancionador que comportará una multa económica y se valorará la revocación de la licencia de vivienda de uso turístico.
La casa estaba dada de alta como vivienda de uso turístico, pero la fiesta era ilegal.